90 - Madre
Si al extender la mano, no hay ninguna
que con amor pueda estrechar la mía,
retornaré al pasado en agonía,
y me dirá el recuerdo que aún hay una.
Cuando en mis noches de dolor, la luna
me abandone a la sombra densa y fría,
volveré la mirada al dulce día
en que escuché tu voz sobre mi cuna.
Lejos quizá estaré de tu persona,
pero a mi lado siento tu presencia
como ráfaga de aire refrescante.
Unico amor que nunca decepciona,
brazos abiertos a la confidencia,
alma plasmada en el gentil semblante.
Los Angeles, 28 de abril de 1998