944 - Alquiler
Sobre su corazón la oferta escrita:
“Se alquila este local”. Y hubo cortejos
de inquilinos probables; desde lejos
los vi venir, partir... Nadie lo habita.
Nadie en ese tropel cosmopolita
ve su perfil aislado en los espejos,
hay demasiado ruido en los festejos,
aceptable tal vez si de visita.
Yo entré, quedé, salí...La algarabía
me provocó más duelo que alegría,
más intranquilidad que placidez.
Y aún hoy en la distancia me pregunto
por qué me acerqué allí, y hasta qué punto
hipotequé mi orgullo y mi honradez.
Los Angeles, 26 de noviembre de 2003