984 - A la orilla
De la montaña al mar en bicicleta,
a lo largo del río, en pedaleo
de leve esfuerzo y amplio galanteo,
largo intervalo y cópula discreta.
La luz, entre el ramaje, ninfa inquieta,
danza sobre la piel, en coqueteo
de la azogada sombra; un escarceo
de brisa y fronda el júbilo completa.
Ni al cielo dirigiste la mirada,
ni sobre el césped la dejé clavada,
encontrados tus ojos y los míos.
Y al fin el mar. El agua indiferente,
neutral el sol, la expectación ausente...
Nada como la orilla de los ríos.
Los Angeles, 15 de diciembre de 2003