Brevería 118
Veo tus ojos en el parabrisas,
y en la copa en que bebo mi licor;
los veo en la mirada y las sonrisas,
y en las manos de mi interlocutor;
y en los pliegues de blusas y camisas,
y en la luna, en el árbol y en la flor;
dondequiera que miro, allí los veo,
y más me miran cuanto más te leo.
enero de 1998