Brevería 1951
Pasa el viento en silencio. ¿Puede callar el viento?
No, que arrastra rumores; no es el viento, es la brisa;
el viento es carcajada, no sabe de sonrisa;
ésta es muda, es el ángel del enternecimiento.
Si una mano invisible te roza la mejilla,
si ves las hojas verdes del álamo temblar,
y si el rizo del agua se te acerca a la orilla,
alguien, no ya la brisa, te quiere sondear.
noviembre de 2008