Brevería 2433
Al borde de tu tacto, mi guarida
quiero instalar, en placidez callada,
donde la vanidad esté dormida,
sin oir el rumor de otra pisada;
sólo de mí cantada y pretendida,
sólo a mi propia piel crucificada.
Al borde de tu tacto, en prospecciones
de nuestras más recónditas funciones,
marzo de 2011