Brevería 2751
En Pérgamo te vi, sin conocerte,
ruina del esplendor que habías sido;
hacia el fin de tu vida, aunque la muerte
tal vez, en tu favor, se ha adormecido.
El estrago del tiempo aún nos permite
recomponer cada obra, ya en pedazos,
en la mente. La historia se repite,
creación, destrucción, besos, zarpazos.
Tú también, compañera, fuiste bella,
y algo queda, una ráfaga, de aquélla.
agosto de 2012