Brevería 2752
No me digas tu nombre, ni tus años,
hazme el amor; hablándome, si quieres.
Somos dos melancólicos extraños
unidos por efímeros placeres.
Sean alborozados los engaños,
si engaños ha de haber, no misereres,
que ya bastante lúgubre es la vida.
Quédate, luego, junto a mí dormida.
agosto de 2012