720 - Treinta días
Treinta días, un mes, nuestro primero,
con el alma rodando entre las manos
envuelta en los mensajes cotidianos
que pavimentarían el sendero.
Cada palabra fue ágil mensajero
de esperanzas y júbilos lejanos,
de piel, latidos, sueños tan tempranos
que parecieran aire pasajero.
Revistiéronse pronto de firmeza,
hermanados de gozo y de tristeza,
cabalgando ilusiones y dolor.
La marcha de las horas, dura y lenta,
quiebra la mente, el ánimo revienta,
pero aún así, me afirmo en este amor.
Los Angeles, 1 de marzo de 2003