No te ausentes aún
No te ausentes aún, detén el paso,
que acaba de llegar la primavera,
y hay música en el aire, y hay aromas
de tulipanes y de rosas nuevas.
El tibio sol por el balcón se asoma,
en la ventana las cortinas tiemblan,
y el viento en el jardín, joven galante,
enlaza por el talle a la palmera.
No es tiempo de morir abril ni mayo,
cuando se viste de color la tierra,
cuando las noches tibias se iluminan,
cuando parecen reventar las venas.
Habrá otros tiempos algo más sombríos;
tal vez octubre de las hojas secas,
noviembre de las lluvias y los vientos,
diciembre, enero, de la nieve densa.
Nunca es momento de morir, pero éste,
éste es tiempo de amor y de belleza.
No te ausentes aún, detén el paso,
que acaba de llegar la primavera.
Madrid, 12 de abril de 2001