Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Erótica
Brevería 487
La memoria de mi cuerpo te recuerda, la memoria de mi espíritu te añora; ¿qué memoria podrá ser la que te llora con temor de que tu amor quizá se pierda?
Después
Una vez más de tí he apoderarme, te amaré una vez más, y habrás de amarme. Tu rosa se abrirá sin resistencia, e inundaré tu vientre de mi esencia, explotando en color tu fantasía mientras me dices tuyo y te hago mía. Mas no te haré una efímera conquista que abrace sólo cuanto ve la vista. La posesión del cuerpo es delirante, mas veloz, como raudo caminante: Breves momentos de penetración, y unos instantes de eyaculación; pero la maravilla de este acto está en la permanencia del contacto: Tu piel junto a mi piel, cálida y firme, sin cesar de mirarme y sonreirme; y un bloqueo absoluto de la mente desatendiendo cada sombra ausente. La población del mundo reducida a dos amantes y una sola vida; y sin ruedas el tiempo, sólo frenos, y junto a mí la ofrenda de tus senos. Ambos nos hallaremos suspendidos en un mundo ulterior a los sentidos, mundo incorpóreo en el que todo es alma, con la pasión aún viva, pero en calma. Cómo hablarán los ojos a los ojos, descorriendo los últimos cerrojos de las zonas ocultas, nebulosas, donde se marchitaron otras rosas. Ahora descolgaremos las cortinas, y llegará la luz a las esquinas, mostrando los más íntimos objetos, en claridad total, y sin secretos. Así me abrazarás, así te espero, así me has de querer, así te quiero.
Los Angeles, 27 de diciembre de 1998
Diseño: Carmen Álvarez
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