Brevería 979
Oh, si la luz de la mañana fuera
tibieza sensorial de ignota mano
en mi desnuda espalda viajera;
y en este claroscuro en que desgrano
mis horas solitarias, se ofreciera
en amalgama de animal y humano...
Qué voluntaria víctima sería
de tal asalto, tal galantería.
Franca la puerta
Hay mujeres que avisan a los ojos,
y hay mujeres que llaman a las manos;
otras callan, aisladas en cerrojos,
otras exhiben sus primeros planos;
tú me avisas, me llamas y te exhibes,
yo lo advierto, respondo, y te analizo;
te describen mis manos, me describes,
y en tus zonas más hondas me deslizo.
Y en temblores de senos y caderas,
en crispación de muslos y de brazos,
habrá dos ángeles, o habrá dos fieras,
aleteos tal vez, tal vez zarpazos.
A la aventura o al amor alerta,
a lo que un sueño fue, y es hoy suceso,
mantén la piel en flor, franca la puerta,
la indecisión dormida y raudo el beso.
Los Angeles, 7 de marzo de 2003