Brevería 1816
      Cobíjate aquí, amor, entre mis brazos,
depurados del tráfico anterior;
ni humedades de besos, ni sudor,
perduran ya de los antiguos lazos.
 
Hoy eres tú, y lo has de ser mañana;
ayer es sombra, huella decaída,
vaga visión de sueño que se olvida;
solos tú y yo al romper de la mañana.
      
      
      
     
      
      
      
      
      2126 - La sombra
      La sombra de la amada invade el lecho
que comparto con hembra pasajera;
ni se interpone ni me vitupera,
no sé si imperturbable o al acecho.
Sólo yo la detecto, y es mi pecho
vivo atabal en percusión tan fiera
que estremece; la sombra se apodera
de visillos, paredes, suelo y techo.
Mi pareja ni ve, ni oye ni entiende.
Vive su orgasmo, y nada la sorprende,
no ve sombras, ve luces y colores.
La sombra de mi amada me arreboza,
me congela el sentido, y me destroza,
quedando envuelto en álgidos sudores.
      Los Angeles, 23 de junio de 2009