Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Erótica
Brevería 1604
Avanzo lenta, alternativamente, por la doble avenida de tus muslos abiertos. Inminente se anuncia mi llegada. Me convida tu propia invitación, y estremecida, qué largo te parece el momento tan breve de la espera. Tu ruta se humedece, mi ritmo se acelera, tú, mi enramada, yo, tu enredadera.
Cuando a tí venga
Cuando a tí venga no ha de ser en sueños, porque los sueños dejan imágenes truncadas y placeres pequeños que al extender los brazos me evaden y se alejan. Vendré hacia tí en marea irreprimible de sucesivas e insistentes olas, arropando el desnudo de tu piel apacible en espumoso abrazo sobre la arena a solas. Quizá venga como ímpetu violento danzando en espirales de huracanado viento para así desflorarte los rosales. O será en el empuje del torrente, envuelta en mí y en mí zarandeada, arrastrando tu cuerpo en mi corriente, sin resistencias y sin retirada. O es posible que venga sigiloso, tigre en avance lento y decidido, y en salto vigoroso cayendo sobre tí con un rugido. Pero quizá me llegue como el hombre de instintos y de amores buscando a la mujer que se me entregue con alma en fuego y cuerpo de temblores. Y en su abrazo cerrado, y en sus muslos abiertos, ha de haber una oferta de placeres dormidos y de sueños despiertos, de secretos al aire, de intención descubierta. Si así vengo y te encuentro, seré viento y torrente, seré tigre y marea, te abrirás a mi asalto, y al recibirme dentro seré yo quien te invada, mas tú quien me posea.
Los Angeles, 2 de febrero de 1998
Diseño: Carmen Álvarez
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