Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Erótica
Brevería 497
Ven hacia mi con silenciosa furia, que de tu mar yo soy el rompeolas; cúbreme, y déjame contigo a solas bajo la pleamar de tu lujuria.
Autoerotismo
Una noche cualquiera y unos brazos desiertos, una mente poblada de cálidos desnudos, la conciencia dormida, los instintos despiertos, y la piel reventándose en alaridos mudos. El la vistió de rostros múltiples, recogidos en cines y oficinas, plazuelas y tabernas, y derramó en sus huecos la flor de los sentidos, exprimida en un nudo de brazos y de piernas. Ni oposición obtuvo, ni consiguió su ayuda, ella un ente ficticio, y el un hombre fogoso, subyugando impaciente a una imagen desnuda, para ultimar su esfuerzo en solitario reposo. Y al filtrarse los rayos del sol por la persiana resaltando perfiles en la cámara oscura, percibió el desencanto flotando en la mañana, y un sabor en el alma de profunda amargura.
Los Angeles, 1 de abril de 2000
Diseño: Carmen Álvarez
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