Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Erótica
Bondage
Con girones de nube adormecida e hilos de luna en luz de fría plata, teje sobre mis ojos densa venda y sumérgeme en sombra la mirada. Quiero encerrarme al mundo, despertando mis sentidos a ti, sobre mi espalda, prisionera en muñecas y tobillos de los cuatro puntales de la cama; equis de piel vibrante, temblorosa, de mente libre y voluntad de esclava. Mi oscuridad amplía los sonidos, viéndote mis oídos cuando avanzas, y al detenerte, se me vuelven ciegos, y tu inmovilidad me despedaza. Este aire fresco eriza mis pezones, y en ansiedad irreprimible aguardan; parecen percibir tu cercanía, mas no el tacto febril.¿Qué te retarda? Oh el estremecimiento de los muslos cuando tu mano en ellos se adelanta, y yo sin responder a la caricia, mientras imperceptiblemente avanzas. El retozo gentil de tibios dedos que en los senos en círculo resbala, cede el paso al zarpazo de la fiera, de la entrañable fiera que avasalla. Si apresurado, detenerte quiero; si en lentitud, acelerar la marcha; si en gentileza, brusquedad exijo; si en arrebato, rogaré la calma. Ciérnase sobre mí provocadora el ave de rapiña que levanta su rígida cabeza amenazante, y penetre en el fondo de mi entraña. No te puedo abrazar, fuérzame fiero, sin escuchar gemidos ni demandas, al galope, al galope, mi jinete, mi jinete de intrépida jornada. Intimo surtidor inaplazable, tu estertor inequívoco presagia blanca erupción. ¿Vendrá en mi subterráneo, irrigará mi superficie pálida, o inyectará su extracto intermitente en la concavidad de la garganta? Oh, qué abandono en mí, qué insuficiencia; cuánta anticipación se me derrama, sin libertad de acción; quiero y no puedo, tensas las ligaduras que me amarran, tensa la piel, manos y pies crispados, y mi lascivia un tren a toda marcha. A bordo, compañero, amante, a bordo, ignorando estaciones y paradas, nocturna travesía al infinito, anégate y anúdate a mi alma.
Los Angeles, 17 de mayo de 2000
Atadura
Por el arco asentado en codos y talones, por los puños crispados tensando la atadura, por el vientre ascendido, por la región oscura, por los senos redondos, los rígidos pezones; un fervor sudoroso, formulando regueros de críptica escritura, de irregular trazado, que me dice de impulsos, de placer derramado, por llanuras abiertas, hondos desfiladeros. La voz entrecortada frenética porfía: "Desátame, libera mis miembros de estos lazos, pues van desperdiciándose los ávidos abrazos que en este paroxismo sensual te otorgaría." Hay un silencio breve, y un gemebundo ruego: "No me desates, sigue, deja que reincidente tu tacto me estremezca indefinidamente, que no deseo tregua, descanso ni sosiego."
Cantabria, 23 de mayo de 2006
Diseño: Carmen Álvarez
Poemas © Francisco Álvarez Hidalgo, Familia Álvarez, 1997-2014. Todos derechos reservados.