Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Erótica
Brevería 603
Los senos son la almohada del deseo, que del cansancio en languidez reposa; la vuelta de hombre a niño, en un paseo de manos y de labios, escarceo erizante en la piel voluptuosa.
Dormido el sexo
Fue entre el primer asalto y el segundo; rota la fuerza, adormecido el sexo en un nido de sábanas revueltas en convulsión de amores y deseos. No permití el descenso de sus párpados, que cerrados provocan aislamiento. No les dejé dormir, ni ellos querían, que mal se quiere sin estar despierto. El tic tac del reloj enmudecido, y el tiempo inmóvil en profundo sueño, a mi lado desnuda, y alternando lenta mi mano de uno al otro seno, me hicieron el amor sus verdes ojos, penetración del alma, no del cuerpo; sin espasmos, jadeos, ni sudores, con la serenidad de los espejos, que devuelven la imagen, inmutables, y al mismo tiempo se la quedan dentro. Me hizo el amor mirándome a los ojos, en intensa quietud sensual, sin gestos. Qué mutua posesión tan encendida, qué arrebato sexual, dormido el sexo.
Los Angeles, 3 de noviembre de 2001
Diseño: Carmen Álvarez
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