Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Erótica
Brevería 1302
No me comprendo sin amar; requiero una mano, una voz, una mirada, y tal vez unos versos y un bolero, y un desnudo apoyándose en la almohada, aunque deba partir cuando el lucero vespertino le anuncie retirada. No me comprendo sin amar; no obstante estoy amando sin tener amante.
Unas horas
Un lugar hipotético, una amante que no existió, pero que el alma crea sin otorgarle túnica, un ovillo de brazos y de piernas, un silencio elocuente, como si, reservándose ambas lenguas, dialogaran en lúbricos contactos al fondo abrasador de la tiniebla. Unas voces al fondo del pasillo que pasan, sin llamar, frente a la puerta. Unas risas en otro dormitorio, como juego trivial de adolescencia. Una noche tan larga, y tan corta a la vez, y tan de seda, que resbalan las manos y los muslos, mas no se van, se quedan. Un sexo rígido, tan penetrante, que se hilvana a otro sexo, y se doblega. Un abrazo tan largo, tan sereno, como si nada hubiera sucedido entre sábanas, tan sólo el sueño de un amor que se despierta. Una mano que dulcemente toca, y enreda y desenreda el cabello revuelto que ofrece una sonrisa por respuesta. Una noche tranquila, silenciosa, una noche de aquellas que se tuvieron tiempo atrás, quedando archivadas en mentes que recuerdan. Unas horas, oh Dios, sólo unas horas que debieran ser siglos, pero vuelan.
Los Angeles, 15 de noviembre de 2008
Diseño: Carmen Álvarez
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