Brevería 286
Dame la furia de tu instinto, amiga,
que tanto tiempo ha estado encadenado,
déjale en libertad, y que consiga
rodar su impulso sobre mí a tu lado.
1182 - En libertad
Has suprimido normas y fronteras,
ya no hay nada prohibido o demarcado;
dinamitaste el último candado
y corren libres nuestras propias fieras.
Aún arden extramuros las hogueras
de heréticos prejuicios, y el tinglado
de sus autos de fe, desmoronado,
atestigua otros usos y maneras.
El mundo, tal como era, ya no existe
desde que en desnudez entretejiste
tu voluptuosidad en nueva trama.
No hay nada alrededor, nada delante,
nada detrás, tan sólo hay un amante
que en su lúbrica amante se derrama.
Los Angeles, 29 de noviembre de 2004